Narraciones propias

CUANDO  YO  NARRO  MIS  PROPIOS  HECHOS - Febrero 2011
- Alumnos y alumnas de 4º -

¡Por fin era mi cumpleaños! (mi décimo cumpleaños).
Había mucha gente en la pizzería donde lo celebré. Para soplar las velas me las pusieron en una pizza y cuando me cantaron cumpleaños feliz las apagué.
Cuando solo quedaban diez minutos de cumpleaños, mi madre apareció regalando chuches y más chuches.
Manuel Ramos Martín
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Anoche soñé que me despertaba en mi casa y yo era pequeñísima.
Llamaba a mi madre, pero ella no me escuchaba y por poco me pisa. Yo, nerviosísima, me fui a la cocina a desayunar, pero la comida era tan grande como una montaña.
De pronto, me desperté y me reí tantísimo que por poco me caigo de la cama. Luego desayuné y me fui al cole.
Miranda Porras Navarrete
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Ayer me fui de viaje a Benamahoma. Me lo pasé genial y también fuimos a El Bosque.
Fue una auténtica aventura porque cogimos por la ladera y acampamos para almorzar. Después seguimos por el camino y nuestro grupo se perdió, pero enseguida volvimos al camino correcto.
Fco. Javier Castro Martín-Bejarano
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Por fin llegó el día de mi comunión. Invité a todos mis amigos del fútbol. Mi tío Coki nos preparó un campo del futbol. Comimos paella y tarta. Me regalaron un montón de cosas.
Cuando quedaban cinco minutos para terminar, mi madre daba las chuches. Fue muy divertido y me lo pasé realmente bien.
José Miguel Martínez Vidal
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Hoy me voy de viaje con mis padres y mi hermana. Me he levantado a las siete en punto. Vamos para La Herradura (Granada), pero primero paramos a desayunar en Alcalá de los Gazules. Desayunamos tostadas pero no era un pan normal, era muy grande. Nos montamos otra vez en el coche, cuando estamos llegando me paro a ver las vistas tan bonitas. Por fin llegamos al hotel, damos una vuelta para verlo todo: las piscinas, los bares, el comedor, las habitaciones.  Me lo voy a pasar muy bien esta semana. 
Mª José Corral Pérez
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Un sábado fui a mi clase de gimnasia rítmica. Calenté espalda y piernas. Después vino mi profesora Rocío que es muy, muy alta, casi un metro ochenta y cinco.
Al principio no me salió bien la tabla con música y mi profesora de gimnasia me riñó un poco, me dijo que tenía que estirar bien las puntas, las rodillas, las manos, los codos, etc. Cuando fui a darle un caramelo me dijo que me estirase para la próxima vez.
Luego me miró mientras hacía la tabla con música y esa vez me salió muy bien. Me felicitó, yo lloré de alegría, le di un abrazo y todos me aplaudieron. 
Elena Valdés Monje